En el lenguaje será que
el hombre desvíe su mirada hacia el Oriente para descubrir una asimetría que
romperá con la comunicación a través del lenguaje poético el que opera una ruptura
y abre lo nuevo cuando introduce un nuevo medio de simbolismo, desvío del sema,
comunicación de la incomunicación.
Una realidad entonces
constituida por términos opuestos que en conjunto constituyen el equilibrio
absoluto, se volverá insuficiente para ubicar una naturaleza humana que se
escapa más allá de una concepción del equilibrio, del ritmo, de la armonía y
una nueva materia, una materia de arritmia, de vibración, una energía no
cuantificable, imposible de poner en términos discretos, por lo tanto una
energía no ligada, un golpe de sonido, que escapa a la imagen acústica con
innumerables ecos de diferente intensidad.
Anticipación una vez más
del lenguaje poético comenzando a usar los blancos, la disposición de las
letras que impresionan con sus silencios, el ritmo fragmentado produciendo
movimientos rápidos o lentos, creando los tonos del poema, escapando del
experimento geométrico y de cualquier psicología profunda para cubrir las
superficies de magnitudes imposibles de conocer y que explotan una realidad que
no sabe conciliar el universo mecánico de este tiempo con el nuevo
descubrimiento.
La lucha será a muerte y
la cultura forzará el terreno intelectual y pseudo-intelectual, donde la
industria y la propaganda crearán con su cultura de masas la todavía no
definida perversión de la realidad
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