miércoles, 29 de diciembre de 2010

TODA LA NOCHE

Toda la noche, el ruido del viento golpeaba las ventanas,
toda la noche semidespierta,
la monotonía insistía en los cristales.
De a ratos un jirón de viento azotaba y el agua ondeaba en sonidos diferentes
y a veces era sorda.
Mi alma lucía entre las sábanas una blancura de luna interrumpida
y el tiempo del eclipse se llenó de fantasmas.
Pasé entre las voces de las conversaciones
que subían de la calle
sorprendida a veces por gritos desencajados de la escena
e iluminé el insomnio de mi día infeliz,
de mi hora interminable
con pensamientos amarillos de papel despreciado
por el sometimiento de la inercia.
Toda la noche, conmigo entontecida,
la lluvia retrasaba los momentos
y todo era tardanza en los ojos del sueño fracasado
que se tragó la luz y acomodó las sombras
haciendo los entornos perceptibles.
Vi la ciudad golpeando en el asfalto
como un barco encallado
al que cuidadosamente fui sacando las anclas
y comenzó el vaivén.
¡Tierra del mar...!
y el navío zarpado iba al encuentro de
puertos invisibles
y todos nos perdimos abrazados.
Toda la noche festejamos sin ninguna moral,
el ruido del relámpago cayendo en rajaduras del espejo
que dejó en descubierto la variedad del mundo
y todos los males naturales.
Quedé toda mojada pegada a la ventana
que se abrió en el reflejo
y entré sobresaltada en la órbita de aquel
encogimiento orgánico.
Tuve un temblor
y aluciné una luz que me miraba fijo a una corta distancia.
Era la ventana del aparecido
y un hilo invisible
me unió al anónimo que me quería a mí
en esta extraña circunstancia.

Norma Menassa
De "Me acosa una pasión", 2002

domingo, 21 de noviembre de 2010

El adolescente

Manchas, figuras impenetrables,
matriz de alguna forma,
alteridad jugada en el silencio
que vuelve oscura la potencia.


En el centro un hueco celeste como océano interrumpido
mostrando un niño desvalido queriendo ser un padre,
una historia de amor que no quedó inconclusa
principio sin principio, sólo pases del tiempo a veces regresando
a la cuerda vibrátil que resuena otra vez en el aire
dibujando un destino.


Principiante de amortiguadas iluminaciones,
juegan los niños el paso adolescente
con geometrías distorsionadas
que tironean de un hilo,
puntos desplazados de los márgenes de la esfera
armando un Universo de regiones
que insisten en contradichos habituales,
aquellos que la razón esgrime
mientras que el corazón afloja coherencias.


¿Qué fuegos incendiarán la prisión
para que salga el dragón de siete colas envuelto en llamas,
rugiendo al aire la vistoria lograda
con esa obstinación
con que se guardan los secretos miedosos y confusos,
ahora que una muchacha corre detrá sde ellos,
ahora qu eel momento ha llegado
y que no queda bien tanto suspiro?

Norma Menassa
De "Graffitis en el cielo", 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

Se me perdieron los papeles,
las letras se desacomodaron en los cajones y no pude juntarlas en tu nombre
y te desconocí en tanto desenfreno
mientras una insolencia maatutina preparaba la luz,
la frialdad de un corte de tijera enarbolando
con exactitud de espantapájaros un cuerpo sin retrato
un hombre que había sido separado,
un cuerpo mas allá del pavimento,
una locura de santos frente al pánico.

martes, 28 de septiembre de 2010

Graffitis

.... Si pudiera dejar colgada en una silla como si fuese un traje
las oraciones construidas a expensas del sólo predicado,
si pudiera tener la valentía de enfrentarme a lo efímero
que estalla en el espacio y crea universos peplejos de lo nuevo,
un otro Orión,
alguna galaxia entorpecida sumándose a las órbitas,
brillantes graffitis que tiran de mi cuello para arriba...

Norma Menassa (fragmento del poema Graffitis
(del libro Graffitis en el cielo)